María asunta al Cielo

14/8/07

María
Ora pro nobis

Toda fiesta mariana es una oportunidad para meditar sobre algún aspecto concreto de la madre de Dios. En esta fiesta de la asunción de María al Cielo me parece acertado meditar sobre el papel de nuestra madre como poderosa intercesora de todos sus hijos.

El amor de madre es un amor indescriptible, constante, fortísimo. Es es el amor que más se parece al amor de Dios. Dicho esto, es conveniente recordar que realmente somos hijos de María y realmente Ella nos ama como madre que es. Por esta razón, no dudemos en implorar su protección, en pedir la gracia divina a través de Ella, en acogernos a Ella como el hijo que busca el calor materno. No dudemos en amarla, en imitarla.

La asunción de María se me antoja como el culmen de la obra prodigiosa que Dios inició en Ella. A Ella, que participa tan abundantemente de la Gloria y que es medianera de todas las gracias, elevemos nuestra plegaria para que interceda por la Iglesia y el mundo.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, yo también elevo mi plegaria por la Iglesia y el Mundo.
"Por que la cosa está que arde".
"Nadie parece darse cuenta de nada".
Pero es muy grave y si no hacemos caso a María y ponemos en práctica todo lo que Ella nos propone, sobre todo la manera en que tienen que vivir su fe los sacerdotes, obispos, no conforme a los votos que tienen hechos, de pobreza, obediencia y castidad, y en el desprendimiento de las cosas materiales, etc.
Todos nos vamos a arrepentir de no haberla hecho caso.

Anónimo dijo...

Los pocos sacerdotes que siguen fielmente a la Virgen, y que además creen y ponen en práctica lo que nuestra Madre dice, llegan a ser realmente sacerdotes de Jesucristo.

Anónimo dijo...

El resto se quedará perdido en el trayecto.

Anónimo dijo...

Llamada urgente al arrepentimiento, porque no sabemos ni el día ni la hora y la muerte nos puede sorprender en mitad de la noche.

Anónimo dijo...

Hoy ha sido un terremoto en Perú, con al menos, hasta ahora que se conozca 115 muertos y otros tantos heridos, mañana nos puede tocar a nosotros.
¿Lo habéis pensado?
¿Está nuestra alma preparada para acudir ante la Presencia del Altísimo en cualquier momento?

Anónimo dijo...

"Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados."

Anónimo dijo...

Hagamos un examen de conciencia ahora, de nosotros mismos, para sacerdotes y laicos:

Anónimo dijo...

(Primer y segundo mandamiento).
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No tomarás el nombre de Dios en vano.

¿He amado a Dios sobre TODO?
A quién (que) le he dado la mayor atención?
He hecho de mi familia, trabajo, apostolados, programas, ideas u otras cosas buenas mi primer amor?
¿Sé en la práctica lo que es confiar en el amor y el poder de Dios?
¿Le confío todo a Dios o ando queriendo hacerlo yo solo?
¿Confío en Dios cuando todo parece ir mal?
¿He caído en superstición u otra práctica religiosa ajena al cristianismo?
¿He obedecido a Dios en todo, o por el contrario he obedecido a mi propia voluntad egocentrista?

Anónimo dijo...

(Tercer Mandamiento)

Santificarás el día del Señor.¿Guardo el día del Señor para el Señor o trabajo innecesariamente ese día?
-¿Voy a misa todos los domingos?;¿He adorado y puesto todo mi corazón en Cristo Eucarístico que me espera en el sagrario?
-¿Lo he amado y consolado por tanto que se le ofende?
-¿Voy a misa diaria si puedo?; ¿he recibido con preparación al Señor?
La Cruz
-¿He meditado ante la cruz?; ¿busco su poder transformador y su sabiduría?; ¿como se manifiesta en mi vida?
-¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz?
-¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
-¿Uno mi cruz a la de Cristo?: problemas, enfermedades, responsabilidades, personas, mi edad, mi vocación, o por el contrario me desespero ante cualquier enfermedad o dificultad.
-¿Busco la satisfacción de todas mis necesidades físicas y emocionales o se mortificarme por amor a Jesús?.
-¿Me uno a la cruz del que sufre?; ¿Me sacrifico para amar?.
Confesión
-¿Rechazo el pecado aunque este sea aceptable según la cultura?; ¿He pensado o actuado ligeramente como si la rectitud de los santos es "exageración"?
-¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades...?
-¿Busco que Dios me enseñe mi pecado (también pecados viejos y olvidados)?.
-¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
-¿Cuándo me corrigen, lo agradezco?.
-¿Cuándo fue mi última confesión?, ¿Minimicé el pecado por pena?; ¿han habido cambios?.
-¿Hice una confesión completa o escondí algo?
-¿Hay algo (hábito, herida, complejo) que el enemigo usa para su provecho?; ¿Qué hago para permitirle a Dios que me libere?
-¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?

A la Virgen María:
-¿Me he consagrado a Ella y, si lo he hecho, vivo mi consagración plenamente? -¿Cómo?
-¿Acepto su cuidado maternal?; Me dejo formar por ella? -¿Cómo?.
-¿Recurro a ella en oración, medito su vida?.
Relaciones

Anónimo dijo...

Relaciones con otros.

-¿Están todas mis relaciones a la luz del Señor: amorosas, castas, sanas y sinceras?
-¿Guardo odios o enemistades?
-Peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades
-¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros?; ¿Estoy creciendo en estos compromisos?
-¿Soy confiable en el hogar, grupo, trabajo...?; -¿Cumplo mis promesas, compromisos, guardo confidencialidad?
-¿Busco la unidad en el Señor? (Fil. 2, 1-11, 1 Cor. 10,17)
-¿Soy servicial?
-¿Soy atento sin ser curioso?
-¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
-¿Soy agradecido por el servicio de rutina que recibo?

Anónimo dijo...

(Cuarto mandamiento).
Honrarás a tu padre y a tu madre
En el Hogar

-¿Obedezco, cuido y honro a mis padres según mi edad y sus necesidades?
-¿Pongo malas caras?
-¿Doy tiempo a la familia?; ¿Cenar juntos?; ¿Diversiones?
-¿Hospitalidad?
-¿Relación con hermanos?
-¿Responsabilidad en los estudios?
-¿Ayuda económica al hogar según necesidad?
Casados: (además de lo mencionado)
-¿Protejo mi casa y los míos de las malas influencias del ambiente? ¿Cómo?
-¿He manipulado con mis estados de ánimo y enfados para que se haga lo que quiero?
-¿Permito que otros (padres, amigos) manipulen o se antepongan al matrimonio? .
-¿Honro y respeto a mi esposo/a en todo momento?
-¿He compartido con mi esposo/a la visión para la familia?; ¿le escucho con interés?;
-¿Le expreso amor, cariño y respeto a mi esposo/a?;
-¿Con mis hijos?
-¿Detecto los problemas y los enfrento con sabiduría?
-¿Qué medidas tomo para que mi casa sea un hogar?
-¿Soy responsable y ordenado con la economía?; ¿Les ayudo para que puedan orar, estudiar, descansar, ir a su grupo, cumplir sus responsabilidades?
Formación: de los hijos: ¿comparto con ellos, enseño y guío?, ¿escucho?, ¿disciplino con sabiduría?; ¿les doy buena educación para ser buenos cristianos?

Anónimo dijo...

(Quinto Mandamiento).
No matarás.

¿De algún modo he matado o atentado contra la vida? (ej.: apoyo o participación en aborto, suicidio, conducir sin cuidado, actos irresponsables que ponen una vida en peligro, agresión, violencia, etc.? ¿He atentado contra la dignidad de alguien y he herido su corazón?

Anónimo dijo...

(Sexto Mandamiento)
No cometerás actos impuros. (no adulterio, no fornicación)

¿He buscado afectividad fuera del orden del Señor?
-¿Como distingo entre sentimentalismo y una auténtica relación de amor entre hermanos?; ¿Me relaciono según mi estado de ánimo o lo que edifica en el amor?
-¿Fantasías o actos impuros, conmigo mismo o con otros?
-¿Chistes, programas, actitud seductora, inmodestia en vestir?
-¿Obedezco el plan de Dios para la sexualidad en mi estado de vida?

Anónimo dijo...

(Séptimo mandamiento).
No robarás –

¿De algún modo he robado?
¿Descuidando o no devolviendo propiedad ajena o común)?
¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?
¿Me he olvidado de las necesidades de mis hermanos teniendo yo más?
¿He compartido lo que tengo?

Anónimo dijo...

(Octavo Mandamiento)

Al Hablar
No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
-¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?¿He querido dar mi opinión en todo?
-¿Digo la verdad?; ¿He revelado secretos; He juzgado (o chismeado)?
-¿Me he quejado buscando conmiseración o desahogo?
-¿He puesto mi atención a lo indebido
-¿He hablado lo que no edifica: chistes con groserías, hirientes a una raza, nacionalidad, etc.?

Anónimo dijo...

NOVENO MANDAMIENTO
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

AT: EX 20,17 - "No codiciaras la casa de tu prójimo, ni codiciaras la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo"
NT: Mt 5,28. "el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón

San Juan distingue tres especies de codicia o concupiscencia (Cf. 1Jn. 2,16)

de la carne
de los ojos
la soberbia de la vida
En la tradición catequética católica:

el noveno mandamiento prohibe la concupiscencia de la carne
el décimo prohibe la codicia del bien ajeno.
concupiscencia: apetito sensible que contraria la obra de la razón.

procede de la desobediencia del primer pecado
desordena las facultades morales del hombre y, sin ser una falta en si misma, le inclina a cometer pecado.
es parte de nuestra experiencia cotidiana de combate espiritual
S. Pablo la identifica con la lucha que la "carne" sostiene contra el "espíritu" (Cf. Ga 5,16.17.24; Ef 2,3).

"carne": no se trata de condenar el cuerpo, que con el alma, constituye la naturaleza del hombre. Se trata de las obras, o sea de las disposiciones estables: Estas son las virtudes (que son buenas) y los vicios (que son malos).

las virtudes son fruto de la sumisión al Espíritu Santo
los vicios son fruto de la resistencia al Espíritu Santo.
La purificación del corazón Cf. CatIC 2517
El corazón es la cede de la personalidad moral

"de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones" (Mt 15,19)
la lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por el corazón.
La sexta bienaventuranza: "bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8)

los corazones limpios son los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios:

la caridad
la castidad o rectitud sexual
el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe.
existe un vinculo entre la pureza del corazón, la del cuerpo y la de la fe.
los limpios de corazón verán a Dios y serán semejantes a El. (Cf. 1 Cor 13.12)
la pureza de corazón es el preámbulo de la visión.

ya desde ahora, esta pureza nos permite ver según Dios, recibir al otro como prójimo y considerar el cuerpo como templo del Espíritu Santo.
El combate por la pureza Cf. CatIC 2520
El bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados
pero no quita la concupiscencia de la carne.
por eso necesitamos gracia para luchar:

mediante la virtud y el don de la castidad.

pues la castidad permite amar con un corazón recto e indiviso.
mediante la pureza de intención.

que consiste en buscar el fin verdadero del hombre: la voluntad de Dios.
mediante la pureza de mirada exterior e interior, la disciplina de los sentidos y la imaginación, el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los mandamientos
mediante la oración
San Agustín: "Creía que la continencia dependía de mis propias fuerzas, las cuales no sentía en mi; siendo tan necio que no entendía lo que estaba escrito: que nadie puede ser continente, si tu no se lo das. Y cierto que tu me lo dieras, si con interior gemido llamase a tus oídos, y con fe sólida arrojase en ti mi cuidado"
La pureza exige el pudor que parte de la templanza
El pudor:

preserva la intimidad de la persona. Para lograrlo se cuida de no mostrar lo que debe permanecer velado.
esta ordenado a la castidad.
ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.
protege el misterio de las personas y de su amor
intuye la dignidad espiritual propia del hombre.
exige que se cumplan en las relaciones amorosas las condiciones del don y del compromiso definitivo
invita a la paciencia y la moderación en las relaciones.
es modestia; inspira la elección de la vestimenta
mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana.
se convierte en discreción.
existe un pudor de los sentimientos y un pudor del cuerpo.
el pudor del cuerpo rechaza los exhibicionismo del cuerpo. No solos los propios sino los de otros (Ej. En los medios de comunicación).
inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes.
la pureza del corazón libera del eroticismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y los sueños indecorosos.
la "permisividad de las costumbres" se basa en una concepción errónea de la libertad.

la libertad necesita ser educada por la moral para poder llegar a la madurez.
La Buena Nueva de Cristo restaura continuamente la vida y la cultura del hombre caído; combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción del pecado; Purifica y eleva sin cesar las costumbres de los pueblos.

Anónimo dijo...

DECIMO MANDAMIENTO
No codiciaras los bienes ajenos

AT: Ex 20,17 "No codiciaras...nada que sea de tu prójimo
NT: Mt 6:21 "Donde esté tu tesoro, allí está también tu corazón"

El décimo mandamiento completa el noveno.
Prohibe la codicia del bien ajeno
Esta es raíz del robo, la rapiña y el fraude, prohibidos en el 7mo. Mandamiento.
Prohibe la concupiscencia de los ojos.

Esta lleva a la violencia y la injusticia prohibidas por el Quinto Mandamiento.
La codicia tiene su origen, como la fornicación, en la idolatría

Condenada en los 3 primeros Mandamientos.
El Décimo Mandamiento se refiere a la intención del corazón
Resume, con el noveno, todos los preceptos de la ley.
El desorden de la concupiscencia
El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos.

Ej.: desear comer cuando tenemos hambre.
Estos deseos son buenos en si mismos; pero con frecuencia no guardan la medida razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro.
El Décimo Mandamiento prohibe la avaricia de las riquezas y el poder.
Debemos apartar nuestros deseos de todo lo que no nos pertenece.
La seducción del diablo hace aparecer lo prohibido como : "bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría" Gn3,6
El Décimo Mandamiento prohibe desear mal a quienes consideramos nuestra competencia. (Deportes, comercio, etc.)

o desear a otros un mal del cual nos podemos aprovechar

Ej.: Un abogado que quiera que hayan mas casos.
Ocurre cuando perdemos de vista la finalidad de nuestra vida y trabajo
Envidia
Es la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo.
Cuando desea al prójimo un mal grave es un pecado mortal.
La muerte entró en el mundo por la envidia del diablo
Es un pecado capital
Para San Agustín, es el pecado diabólico por excelencia.
"De la envidia nacen el odio, la maledicencia, la calumnia, la alegría causada por el mal ajeno y la tristeza causada por su prosperidad" S. Gregorio Magno.
Es contraria a la caridad.
Se lucha contra la envidia mediante la benevolencia.
La envidia procede con frecuencia del orgullo

Se lucha con la humildad
Los fieles de Cristo "han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias" Ga 5,24.
"Son guiados por el Espíritu" Rm 8,14.
"Siguen los deseos del Espíritu Cf. Rom 8,27
La pobreza de corazón CatIC 2544
Jesús exhorta a los discípulos a preferirle a El ante todos y todo.

Les propone "renunciar a todos sus bienes" (Lc 14,33) por El y por el Evangelio.
"El precepto del desprendimiento de las riquezas es obligatorio para entrar en el Reino de los cielos." Cat.IC 2544.
"Bienaventurados los pobres de espíritu" Mt 5,3.
"El Verbo llama "pobreza de espíritu" a la humildad voluntaria de un espíritu humano y su renuncia; el apóstol nos da como ejemplo la pobreza de Dios cuando dice: "Se hizo pobre por nosotros" (2 Cor 8,9) (S. Gregorio de Nisa)
La confianza en Dios dispone a la bienaventuranza de los pobres: ellos verán a Dios.
Quiero ver a Dios CatIC 2548
S. Gregorio de Nisa "En la Escritura, ver es poseer. El que ve a Dios obtiene todos los
bienes que se pueden concebir"
El deseo de la felicidad verdadera aparta al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo y tendrá su plenitud en la visión de Dios.
Para llegar, los fieles mortifican sus concupiscencias y, con la ayuda de Dios, vencen las seducciones del placer y del poder.
En el camino hacia la perfección, el Espíritu y la Esposa llaman a quien les escucha (Cf. AP 22,17).

Anónimo dijo...

"A ti te queda por recorrer la última etapa de tu vida, imitando a María y alcanzando gracias para las Obras. Vendrán tempestades para ellas como para la Iglesia, pero triunfarán siendo tu corona. Animo y valor que sólo he hecho continuar mi voluntad en ti. Hazte cargo de tu papel, imita las virtudes de María en su soledad, que aumentó su unión Conmigo, su adhesión a mi voluntad y sus ansias por el cielo".

El camino estaba trazado por el Señor, ella terminó su existencia sobre la tierra como la Madre de Jesús después de su Ascensión, en la soledad y en el aislamiento del atardecer: veinte años de "soledad" del 2 de febrero de 1917 al 3 de marzo de 1937, día en que murió.

Progresivamente verá disminuir su apostolado exterior. En adelante será apóstol por la oración y la inmolación. Dios la desprenderá de todo. Conocerá, y cada vez más, la soledad del corazón y sobre todo la soledad del alma, por un alejamiento aparente de Dios, como Jesús fue abandonado por su Padre sobre la Cruz.

Anónimo dijo...

La pena que pare la Salve Regina cuando pincho en las páginas para meterme dentro.
¡Es fantástico.

Anónimo dijo...

Oración de Juan Pablo II ante la Imagen
de la Inmaculada en la Plaza de España de Roma (8-12-2004)

1 ¡Virgen Inmaculada!
Una vez más estamos aquí para rendirte homenaje
a los pies de esta columna,
desde la cual velas con amor
sobre Roma y sobre el mundo entero
desde cuando, hace ciento cincuenta años,
el beato Pío IX proclamó,
como verdad de la fe católica,
tu preservación de toda mancha de pecado
en previsión de la muerte y resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
2 ¡Virgen Inmaculada!
Tu intacta belleza espiritual
es para nosotros fuente viva de confianza y de esperanza.
Tenerte como Madre, Virgen Santa,
nos afianza en el camino de la vida
como prenda de eterna salvación.
Por ello a ti, oh María,
recurrimos confiados.
Ayúdanos a construir un mundo
en el que la vida del hombre se vea siempre amada y defendida;
toda forma de violencia, desterrada;
la paz, por todos tenazmente buscada.

3 ¡Virgen Inmaculada!
En este Año de la Eucaristía,
concédenos celebrar y adorar
con renovada fe y ardiente amor
el santo misterio del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Bajo tu magisterio, oh Mujer eucarística,
enséñanos a conmemorar las maravillosas obras
que Dios no deja de realizar en el corazón de los hombres.
Con materno desvelo, Virgen María,
guía siempre nuestros pasos por los caminos del bien. Amén.