Triste evolución

8/8/08

Tengo 25 años de edad. La generación de mis abuelos y anteriores a ella rezaban en familia el Rosario u otras devociones, acudían a Misa todos los domingos y fiestas de guardar, frecuentaban los sacramentos y vivían rodeados de un ambiente piadoso, por ejemplo, en todas las casas habían varias imágenes o cuadros religiosos. Las generaciones siguientes abandonaron la buena costumbre de rezar en familia y de mantener en los hogares la tenencia de imágenes religiosas, por el contrario, seguían acudiendo a Misa todos los domingos y fiestas de guardar, casándose por la Iglesia y bautizando a sus hijos. Las generaciones siguientes no sólo no rezaban en familia, ni tenía en sus casas imágenes piadosas si no que además abandonaron el cumplimiento de Santificar la Fiesta y dejaron, por lo tanto, de acudir a Misa todos los domingos, abandonaron también la Confesión frecuente, reduciendo su asistencia a la Iglesia a las fiestas Pascuales u ocasiones puntuales. Además, ya en esas generaciones muchos católicos decidían casarse tan sólo civilmente, pero seguían confesándose católicos y bautizando a sus hijos. Mi generación y la que me sigue no reza en familia, no hay nada religioso en sus hogares, no va ni tan siquiera por las fiestas Pascuales a la Iglesia, no se casa ni tan siquiera civilmente y ya empiezan haber muchos que ni bautizan a sus hijos, ni se declaran católicos. Toda esta descripción es evidentemente a grandes rasgos, existen, gracias a Dios, excepciones.
Si uno reflexiona sobre esta evolución que se ha dado en cuestión de menos de un siglo, comprobará que la descritianización de la sociedad es algo patente que va en aumento. A mí se me ocurre que una forma de volver a cristianizar el ambiente que nos rodea es deshaciendo esa evolución hacia el paganismo. Por ejemplo, recuperando la oración en familia, aunque sólo sea el rezo del Padrenuestro; volver a colocar en nuestros hogares imágenes piadosas, no debiera faltar en ningún hogar cristiano una imagen de Jesús en la cruz y de la Virgen; frecuentar la sacramentos, es decir, la Misa dominical y la Confesión frecuente y así con todo lo demás.

A todos nos afecta aquel mandato del Señor "Id al mundo entero y predicar el Evangelio".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ignacio, que buen comentario haces. Desgraciadamente muchos valores se han perdido con respecto a épocas pasadas. A los cristianos de hoy, nos toca despertar esa fe aletargada. Hemos de ir contra corriente, y si confiamos en Dios, ¿que hemos de temer?. Si amigo Ignacio, hemos de despertar la fe, y este es un buen medio.Ánimo.

Anónimo dijo...

y felicidades por tu blog.

Carismas dijo...

hermano. dices la verdad, en casa volvimos a bendecir los alimentos, y ya todos lo piden, cuesta con los adolecentes llevarlos ala iglesia, por que las cosas del mundo los tiene muy enganchados, pero la oracion y los buenos ejemplos son importantes, y ademas el bautismo y la confirmación, son sacramentos que te sellan y en algun momento acudis, llanmado por el ES.bendiciones

DE LA MANO DE TERESA DE JESUS dijo...

.....y sumado a todo eso, por lo menos aca en la Argentina en Capital Federal, si tenes ganas de acercarte a rezar a una Iglesia no podes por que casi todas estan cerradas por el tema de robos. Abren solo en horario de misa.

Espero que se pueda recuperar todo esto que se a perdido. Esta en cada uno de nosotros ir poniendo ese granito de arena.

Bendiciones.