Lecciones no verbales

9/10/08





Uno de los grandes problemas que tiene hoy la Iglesia Católica es la anarquía litúrgica llevada a la práctica por muchísimos de sus ministros. Se ha mal interpretado la reforma litúrgica propiciada en el último Concilio y como consecuencia se ha desvirtuado el sentido real de la celebración Eucarística. Muchos sacerdotes, movidos por buenas intenciones, piensan que pueden añadir, suprimir o modificar la liturgia. Estos cambios han propiciado que en muchos lugares el protagonismo lo tenga el sacerdote celebrante y no Cristo y por ende desciende la práctica religiosa. La Misa en muchas parroquias ha dejado de ser el bello y sagrado acto de culto a Dios que es para pasar a ser una simple reunión de amigos o cosas similares sin mayor trascendencia. El Papa, elocuentemente, nos está catequizando a este respecto. Hoy en la Misa con ocasión del 50º aniversario de la muerte de Pio XII, Benedicto XVI a dado un paso más, ha trasladado su Sede a un lado de la Basílica de San Pedro, también, además de otros aspectos como los ornamentos, podemos observar como todas las celebraciones están presididas por la Cruz en el centro del Altar subrayando por Quien y para Quien celebramos así como el carácter sacrificial de la Misa. El Papa está dejando claro que en la Iglesia no existe ruptura con la tradición sino una sabia continuidad y es en este sentido en el que se debe aplicar el Concilio. Ojalá que dejando los prejuicios a un lado, obispos, sacerdotes y laicos sigamos el ejemplo del Santo Padre.

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