Orar por los sacerdotes

30/6/09






Comenzado ya el año sacerdotal que ha convocado el Santo Padre cabría preguntarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros para contribuir en la fructificación de este tiempo de gracia. El sacerdocio ministerial es imprescindible para la supervivencia de la Iglesia, sin sacerdotes no hay Eucaristía. El sacerdote asume en su persona de una manera singular la persona de Cristo, no sólo cuando celebra el sacrificio de la Misa, sino en toda su vida que debe estar revestida siempre por la caridad. Esta caridad se exterioriza en intentar ser modélicos en el servicio, material y espiritual, a los fieles en comunión plena con los sucesores de los apóstoles; el Papa y el resto de obispos. Cada uno de nosotros podemos hacer muchísimo por la Iglesia y por los sacerdotes. La oración constante y sincera al Padre para que envíe obreros a su mies es muy necesaria. Debiéramos comprometernos durante este año a rezar específicamente por los sacerdotes, por la santidad de sus vidas y por las vocaciones. También tendríamos que apoyar iniciativas que enseñen a los más jóvenes a rezar. Es a través de la oración, de la relación con el Altísimo, como uno puede escuchar y discernir a qué se siente llamado.

Comprometámonos a rezar cada día, si pudiese ser ante Jesús en la Eucaristía, para que haya buenos y santos sacerdotes .

0 comentarios: