
Decía recientemente el Papa lo siguiente :
"la belleza de los ritos nunca será lo suficientemente esmerada, lo suficientemente cuidada, elaborada, porque nada es demasiado bello para Dios, que es la Hermosura infinita. Nuestras liturgias de la tierra no podrán ser más que un pálido reflejo de la liturgia, que se celebra en la Jerusalén de arriba, meta de nuestra peregrinación en la tierra. Que nuestras celebraciones, sin embargo, se le parezcan lo más posible y la hagan presentir".
Ojalá todos, clero y laicos, llevemos a la práctica estas palabras de Benedicto XVI de procurar que el culto que damos a Dios haga presentir el que se le da en la Jerusalén del Cielo.
Ojalá todos, clero y laicos, llevemos a la práctica estas palabras de Benedicto XVI de procurar que el culto que damos a Dios haga presentir el que se le da en la Jerusalén del Cielo.