Conocer y amar

14/10/07

Icono de la Santísima Trinidad

« Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: « Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él ».

Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: « Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna » (cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, compendian el núcleo de su existencia: « Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas » (6, 4-5). Jesús, haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (19, 18; cf. Mc 12, 29- 31). Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.
De la encíclica "Deus caritas est".

60 comentarios:

Anónimo dijo...

Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas » (6, 4-5).

Eso es: Escuchar, Escuchar lo que Dios quiere decirte. Abre tu mente, abre tu corazón y escucha.

Anónimo dijo...

Si no escuchas el mensaje de Dios ¿cómo vas a amarle?, tienes que escucharle para que su palabra cale en tu corazón y así puedas conocerlo, amarlo y confiar en El.

Anónimo dijo...

"Escucha, Israel: ... las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales".

Anónimo dijo...

Escucha lo que Dios viene a decirte Israel, viene a decirte que El te ama, por eso el amor de Dios se derramó en su propio Hijo que vino a decirte: Un mandamiento nuevo os doy “que os améis los unos a los otros como Yo os he amado”. En la unidad de todos.

Anónimo dijo...

http://jp.youtube.com/watch?v=C8RRP0R4pho

Anónimo dijo...

Cundo oigo a veces hablar a los matrimonio, da igual que sea el o ella, y te dicen que no desean tener hijos de momento, ¿por qué? Porque ahora no es el momento, porque estoy estudiando, o trabajando, o simplemente quieren vivir sin, según ellos ataduras ¿no es eso egoísmo?
El matrimonio ha de poner a Dios en medio de su amor y de su vida para concebir con el amor de Dios reinando entre ellos, no con el egoísmo de la satisfacción propia, la pareja que tiene a Dios reinando en medio de ese amor sabe que la unión del alma y del cuerpo ha de hacerse pensando en que es algo maravilloso porque puede que Dios les envíe la vida surgida de ese amor en ese mismo momento.
Pero si sólo pensáis en satisfacer vuestros instintos más primitivos, no seréis felices, Dios no está reinando en eso, sino en el amor mutuo puesto en Dios y proyectándolo a dar vida, porque el amor es vida en constante renovación.

Anónimo dijo...

Pero si sólo pensáis en satisfacer vuestros instintos más primitivos, no seréis felices, porque dañareis vuestra alma y el alma debe de seguir pura porque está destinada a regresar a la Casa del Padre.

Anónimo dijo...

No somos sólo un cuerpo, tenemos un alma que hay que conservar y cuidar para Dios pura.

Anónimo dijo...

¿No estáis locos todos porque os obedezca a vosotros y no a Dios?
Pues bien, adelante.
Os pregunto:
¿De que os apetece que os hable?
¿Que queréis que haga?

Esperaré a recibir instrucciones vuestras. Si así mas felices, adelante¡.

Anónimo dijo...

Si así sois mas felices.

Anónimo dijo...

¿Tú también estás comprado por Fortea?

Anónimo dijo...

He dicho muchas veces que quiero gente de mi Diócesis controlando esto, de lo contrario, soy yo la que no continuaré.

Anónimo dijo...

Bueno, lo siento Ignacio me puesto un poco borde, es que pensé que les habíais parado la página también a ellos.

Anónimo dijo...

¿Tú también estás comprado por Fortea?

Borro esto.

Anónimo dijo...

Podiamos tener un borrador.

Anónimo dijo...

Menos mal que aquí no viene sino ya estaría diciendo que le tengo mania.

Anónimo dijo...

Balance:

EL MAL
Habría que borrar tantas cosas con un borrador, el odio, el egoísmo, la violencia, el rechazo, las guerras, las armas, las armas químicas, el terrorismo, el asesinato en toda su extensión.

EL BIEN:
El amor, la generosidad y la concordia.

Juzguen ustedes mismos, haber que es lo prevalece ahora en el mundo.

Anónimo dijo...

AH! Se me olvidaba otra para borrar y además aunque parezca una tonteria, ni mucho menos lo es:

LA MENTIRA.

Anónimo dijo...

Me pregunto si esto sigue así, dando tanto deficit ¿Cuanto tiempo nos queda?
Apostaría a que nuestros nietos, no morirán de muerte natural, o puede que tal vez quede menos.
nO LO QUIERO NI PENSAR.

Anónimo dijo...

O TODOS ARRIMAMOS EL HOMBRO O ESTO SE NOS ACABA MUY PRONTO, PIENSENLO.
Por lo menos los que tenemos fe, creemos en que esto no se acaba, sino que continúa en la Verdadera Vida.
Pero ¿y los que son del mundo y no creen nada más que en este mundo?

Anónimo dijo...

Esto es para todos, creyentes, no creyentes, etc.

El Mundo es como una Gran Empresa, bien, cuando una Empresa año tras año comienza a dar perdidas ¿Qué pasa con la Empresa? Que se viene abajo.
Con este ejemplo quiero darlo a entender.

Anónimo dijo...

Has entrado en el tuétano de Nuestra Fe, la vivencia interior del Amor de Dios.
Gracias por tus palabras inspiradas, Ignacio.
Seguiremos leyéndote y aprendiendo.

Anónimo dijo...

Toda la noche he estado escuchando esto:

O TODOS ARRIMAMOS EL HOMBRO O ESTO SE NOS ACABA MUY PRONTO.

Anónimo dijo...

yo creo, anónimo, que el Señor con tanto aborto indiscriminado, tanta manipulación de seres humanos recién concebidos para todo tipo de experimentos injustificables, tanta pederastia, y tantas maldades como están ocurriendo, como te decía, creo que el Señor va a actuar con la intención de salvar el máximo número de almas posible, pero probablemente será a través de un gran dolor. Los pecadores solo acudimos a Nuestro Señor cuando lo pasamos mal, si tenemos de todo (y más en estos tiempos de opulencia) tendemos a olvidarle. No suelo comentar tus entradas, pero las leo y retengo.
Que se cumpla Su Santa Voluntad en nuestras vidas.

Anónimo dijo...

será a través de un gran dolor.

Anónimo dijo...

Que se haga su voluntad, yo ya estoy cansada de avisar.

Anónimo dijo...

Al Señor le importaba poco el “qué dirán” y lo “políticamente correcto”; por eso, pese a quien pese, ambas cosas no deben ser norma de actuación de quien se considere cristiano. Jesús condena claramente la actuación propia de la doble moral, la hipocresía que busca la conveniencia o el engaño: «Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad» (Lc 11,39).

Anónimo dijo...

Esto es una verdad como un templo, el detesta la doble moral, la hipocresía, la mentira.
El mira en el fondo de nuestro corazón para ver las intenciones que ponemos en las cosas, si son buenas y puras, El lo aprueba, pero si en nuestro corazón no hay pureza y claridad, entonces El se marcha.

El necesita corazones que le amen con la pureza y claridad de un niño, las formas le da igual. Sólo busca corazones llenos de amor y claridad. El resto todo lo hace El, si no que se lo pregunten a Margarita María Alacoque

Anónimo dijo...

Ella decía:
Digamos de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los devotos del Sagrado Corazón: "Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo"."Sagrado Corazón de Jesús. En voz confío".

Anónimo dijo...

Demasiado dificil para un mundo como el de hoy. Los corazones están llenos de todo, menos de amor y pureza.

Anónimo dijo...

Cosas materiales, logros personales de cualquier cosa, menos de amor a Dios.
Hay mucho apego al dinero a todo lo material, a la comodidad. Todo esto no nos deja ver con claridad, pero cuando la gente quiera poner remedio, será demasiado tarde.

Anónimo dijo...

Demasiada maldad.

Anónimo dijo...

Mujer cristiana, has de ser Luz de la Tierra y Sal del mundo.

Anónimo dijo...

El:
El Maestro:
"Venid a Mí todos los que estáis cansados y angustiados que Yo os aliviaré".

Anónimo dijo...

gracias, Señor, Tú eres mi refugio de día y de noche. No temeré la oscuridad que me envuelve porque tu vara y tu cayado me sosiegan. Porque Tú vas conmigo y abres camino.

Anónimo dijo...

Él fue traspasado por nuestras rebeldías
y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre él
y por sus heridas fuimos sanados.
53:6 Todos andábamos errantes como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino,
y el Señor hizo recaer sobre él
las iniquidades de todos nosotros.
53:7 Al ser maltratado, se humillaba
y ni siquiera abría su boca:
como un cordero llevado al matadero,
como una oveja muda ante el que la esquila,
él no abría su boca.
53:8 Fue detenido y juzgado injustamente,
y, ¿quién se preocupó de su suerte?
Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes
y golpeado por las rebeldías de mi pueblo.

Anónimo dijo...

¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le reveló el brazo del Señor?

Él creció como un retoño en su presencia,
como una raíz que brota de una tierra árida,
sin forma ni hermosura que atrajera nuestras miradas,
sin un aspecto que pudiera agradarnos.

Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento,
como alguien ante quien se aparta el rostro,
tan despreciado, que lo tuvimos por nada.

Pero él soportaba nuestros sufrimientos
y cargaba con nuestras dolencias,
y nosotros lo considerábamos golpeado,
herido por Dios y humillado...

Anónimo dijo...

Y luego sigue:
Ante quién se vuelve el rostro?.

Anónimo dijo...

Que Cristo murió
por nuestros pecados, según las Escrituras, y fue sepul-
tado; resucitó el tercer día y vive, según anunciaron
también las Escrituras.

Anónimo dijo...

Que Cristo murió
por nuestros pecados, según las Escrituras, y fue sepultado; resucitó el tercer día y vive, según anunciaron también las Escrituras.

Anónimo dijo...

Al entregarnos su evangelio, san Lucas nos anunció a
Cristo, el sol que nace de lo alto.

Anónimo dijo...

Al entregarnos su evangelio, san Lucas nos anunció a Cristo, el sol que nace de lo alto.

Anónimo dijo...

¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le reveló el brazo del Señor?

San Lucas:
También Judas estuvo con El como los demás y lo despreció.

Anónimo dijo...

Lucas:
Judas amaba el mundo, amaba el dinero y los placeres que el dinero podía conseguirle.

Anónimo dijo...

El me explica que no fue una debilidad en un momento determinado, sino que Judas llevaba el pecado arraigado en él, le pudo más el amor al mundo, el reconocimiento, el dinero, que el amor al Maestro, por eso hizo lo que hizo; a pesar de haber sido amamantado como los demás.
La Virgen desde que lo vio por vez primera, nunca le gustó porque sintió el gran dolor que causaría a su hijo en algún momento del recorrido.

Anónimo dijo...

Él:
Al igual que el traidor que lo ha vendido en esta historia.

Anónimo dijo...

Entonces Satanás entró en Judas,llamado Iscariote, que era del número de los Doce.
Lucas

Anónimo dijo...

Igual que ahora.

Anónimo dijo...

"Para conocer la verdadera identidad de Cristo, es necesario que los cristianos, sobre todo durante este año, vuelvan con renovado interés a la Sagrada Escritura"
Juan Pablo II

Anónimo dijo...

Evangelio según San Lucas
Autor: La Biblia

El EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS fue redactado por este compañero de viaje del Apóstol san Pablo, unos cincuenta años después de la muerte de Jesús, y originariamente formaba un todo con el libro de los Hechos de los Apóstoles. Lucas no era de origen judío, y su obra está dirigida ante todo a los cristianos que, como él, provenían del mundo pagano. En el Prólogo de su Evangelio hace referencia al proceso de predicación, de transmisión oral y de redacción que precedió a la composición definitiva de los Evangelios.

Uno de los aspectos de la Buena Noticia que más quiso destacar san Lucas es el carácter universal de la Salvación. Jesucristo, en efecto, es el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que todos los hombres se salven por medio de él. Para él no hay privilegios de raza, de nacionalidad, de cultura o de clase social. Mejor dicho, hay privilegios. Pero Dios los reserva para los pobres, para los que aparentemente no valen nada. Ellos son los destinatarios predilectos de la Buena Noticia, los herederos por excelencia del Reino de Dios.

Asimismo, este Evangelio se llama con razón el "Evangelio de la misericordia". Lucas nos presenta constantemente a Jesús como aquel que "vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido" (19. 10). Dios es para él, sobre todo, el Padre misericordioso que sale al encuentro de sus hijos extraviados y se llena de alegría al volver a encontrarlos.

Pero el "Evangelio de la misericordia" es también un Evangelio exigente. Su autor insiste en el llamado a la conversión, es decir, al cambio de vida, como condición indispensable para alcanzar la Salvación. El fruto de esa conversión es el gozo que experimentan los que creen en la Buena Noticia y se dejan salvar por ella. Por eso, san Lucas pone tan de relieve la acción del Espíritu Santo, que es la fuente de la verdadera alegría.

Anónimo dijo...

Lucas significa: "luminoso, iluminado"
Lucas, Santo
Evangelista
Octubre 18

Breves notas en las Cartas de San Pablo son las únicas noticias que la Sagrada Escritura nos presenta sobre San Lucas, el solícito investigador de la buena noticia y autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Por sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles. El historiador Eusebio subraya: “... tuvo relaciones con todos los apóstoles, y fue muy solícito”. De esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo nos da testimonio el mismo San Pablo, unido a él por grande amistad. En la carta a los Colosenses leemos: “Os saluda Lucas, médico amado...”.

La profesión médica nos trace suponer que él se dedicó mucho tiempo al estudio. Su formación cultural se nota también por el estilo de sus libros: su Evangelio está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos que los otros tres evangelistas no tienen. Hay que hacer otra consideración sobre su Evangelio, a más del hecho estilístico e historiográfico: Lucas es el evangelista que mejor que lo otros nos pintó la humana fisonomía del Redentor, su mansedumbre, sus atenciones para con los pobres y los marginados, las mujeres y lo pecadores arrepentidos. Es el biógrafo de la Virgen y de la infancia de Jesús. Es el evangelista de la Navidad. Los Hechos de los Apóstoles y el tercer Evangelio nos hacen ver el temperamento de San Lucas, hombre conciliador, discreto, dueño de sí mismo; suaviza o calla expresiones que hubieran podido herir a algún rector, con tal que esto no vaya en perjuicio de la verdad histórica.
Al revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la Navidad, él conoció personalmente a la Virgen. Algún exégeta avanza que fue la Virgen María misma quien le transcribió el himno del “Magnificat”, que ella elevó a Dios en un momento de exultación en el encuentro con la prima Isabel. En efecto, Lucas nos advierte que hizo muchas investigaciones y buscó informaciones respecto de la vida de Jesús con los que fueron testigos oculares.

Un escrito del siglo II, el Prólogo antimarcionista del Evangelio de Lucas, sintetiza el perfil biográfico del modo siguiente: “Lucas, un sirio de Antioquía, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a San Pablo hasta su confesión (martirio). Sirvió incondicionalmente al Señor, no se casó ni tuvo hijos. Murió a la edad de 84 años en Beocia, lleno de Espíritu Santo”. Recientes estudios concuerdan con esta versión.

Anónimo dijo...

Le transcribió el himno del “Magnificat”.

Anónimo dijo...

Lo que debemos a San Lucas

A veces parece que los santos han sido demasiado humildes. San Ignacio quemó todas sus notas personales. De San José no nos queda ni una de sus palabras. Demos gracias a Dios de que a San Lucas se le ocurriera preguntar a la Santísima Virgen acerca de cómo fue el nacimiento de Jesús. Probablemente, por la humildad de María, debió tener que insistirle mucho para que se lo explicara. Podemos rezar el "Angelus" aunque sólo nos contó la Anunciación hasta el momento en que la dejó el Ángel. ¡Qué sería si nos hubiese revelado la continuación de su éxtasis, cuando la dejó el Ángel y María se quedó a solas con Dios!. A San Lucas le debemos también el Magnificat, el Benedictus, los misterios gozosos del Santo Rosario, las palabras de Simeón y los belenes. Y todo esto porque fue devoto de la Virgen. Devoto de la Virgen en carne mortal, como cuando vino a Zaragoza. Tenemos que honrar a San Lucas también como santo; no tan sólo como evangelista, pues así queda como olvidado, eclipsado por la luz de la Revelación.
Parece que oímos a la Virgen detrás de las palabras de San Lucas. "Y me dejó el ángel...", "y dije: magnifica mi alma al Señor...", "el nacimiento de Jesús fue de esta manera...", "y le envolví en pañales...". En un parto virginal, al encontrarse al niño en brazos después de un éxtasis de amor, es ciertamente un detalle sorprendente que esté desnudo. Parece que naciendo virginalmente podría haber nacido vestido. Pero siempre hallamos a Jesucristo envuelto por María y así los pañales fueron signo para los pastores.
Quién sino María pudo saber que "guardaba todas estas cosas en su corazón" y que "no comprendieron" lo que Jesús les dijo al ser hallado en el templo: "Tengo que estar en las cosas de mi Padre". Por cierto que nosotros tampoco acabaremos nunca de comprender esto. Es una de esas realidades incomprensibles de las que habla San Agustín. El Papa Juan Pablo II, cuando estuvo en Lissieux, puso en relación estas palabras con la infancia espiritual de Santa Teresita. ¿A quién se le había ocurrido esto antes?.
Es verdad que "al principio existía el Verbo, y el Verbo estaba cabe Dios, y el Verbo era Dios" y que "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros", pero con esto no podríamos hacer belenes. Dice Santo Tomás que "el arte desciende a lo concreto" y por eso se necesita como el toque femenino de María que, atenta a los detalles del misterio del Nacimiento de Cristo, se los cuenta a San Lucas. Santo Domingo no hubiera podido componer el Rosario sin los misterios gozosos, ni San Francisco de Asís hubiera inventado el Belén, sin saber que "el nacimiento de Jesús fue de esta manera", porque no hubiera sabido qué hacer. Pero gracias a San Lucas, al contemplar los belenes, podemos meditar que "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" y que "vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron".
Ni lo hemos recibido. Cristo no es Rey porque seguimos diciendo "no queremos que éste reine sobre nosotros". Sin embargo, los belenes nos recuerdan cada año que "hoy, en Belén, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor". El Rey que debe reinar en la historia, porque es "luz para alumbrar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel". Que será "signo de contradicción" porque "una espada te traspasará el corazón". Padeció para salvarnos porque necesitamos Redención. Realmente somos "duros de cerviz y tardos de corazón para entender las Sagradas Escrituras": "el Mesías debía padecer para así entrar en su gloria". Tal como lo contó la Virgen a San Lucas, en el misterio de la Navidad, que contemplamos en los Belenes, se encierra toda la Revelación: ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz!.

Anónimo dijo...

Lucas:
La Diócesis de Alcalá de Henares necesita una gran renovación.

Anónimo dijo...

¡Gracias Dios Mío!

Anónimo dijo...

gracias.

Anónimo dijo...

Comentario: P. Raimondo Sorgia Mannai, OP (San Domenico di Fiesole-Florència, Italia)

«Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía»

Hoy, el Señor nos invita a reflexionar sobre un tipo de mala levadura que no fermenta el pan, sino solamente lo engrandece en apariencia, dejándolo crudo e incapaz de nutrir: «Guardaos de la levadura de los fariseos» (Lc 12,1). Se llama hipocresía y es solamente apariencia de bien, máscara hecha con trapos multicolores y llamativos, pero que esconden vicios y deformidades morales, infecciones del espíritu y microbios que ensucian el pensamiento y, en consecuencia, la propia existencia.

Por eso, Jesús advierte de tener cuidado con esos usurpadores que, al predicar con los malos ejemplos y con el brillo de palabras mentirosas, intentan sembrar alrededor la infección. Recuerdo que un periodista —brillante por su estilo y profesor de filosofía— quiso afrontar el tema de la postura de la Iglesia católica frente a la cuestión del pretendido “matrimonio” entre homosexuales. Y con paso alegre y una sarta de sofismas grandes como elefantes, intentó contradecir las sanas razones que el Magisterio expuso en uno de sus recientes documentos. He aquí un fariseo de nuestros días que, después de haberse declarado bautizado y creyente, se aleja con desenvoltura del pensamiento de la Iglesia y del espíritu del Cristo, pretendiendo pasar por maestro, acompañante y guía de los fieles.

Pasando a otro tema, el Maestro recomienda distinguir entre temor y temor: «No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más» (Lc 12,4), que serían los perseguidores de la idea cristiana, que matan a decenas a los fieles en tiempo de “caza al hombre” o de vez en cuando a testigos singulares de Jesucristo.

Miedo absolutamente diverso y motivado es el de poder perder el cuerpo y el alma, y esto está en las manos del Juez divino; no que el alma muera (sería una suerte para el pecador), sino que guste una amargura que se la puede llamar “mortal” en el sentido de absoluta e interminable. «Si eliges vivir bien aquí, no serás enviado a las penas eternas. Dado que aquí no puedes elegir el no morir, mientras vives elige el no morir eternamente» (San Agustín).

Anónimo dijo...

Gracias P. Raimondo, me hace mucho bien todos los días leerme el evangelio y luego los comentarios de los sacerdotes que hay en este blog, pero éste especialmente me ha llamado la atención por que es cierto todo lo que dice, vivimos en un mundo sólo de grandes palabras y apariencias, pero dentro no hay nada.

Anónimo dijo...

Gracias también a los demás sacerdotes, aunque se me haya pasado no decirlo, soy muy despistada.

Anónimo dijo...

yo también acabo de recibirlo y leerlo.