Ser santo puede y debe ser la meta de todo cristiano. No llegaremos lejos en la vida por tener un alto cargo profesional, por tener dinero, fama o lo que sea, llegaremos lejos si alcanzamos la santidad. Santa Teresas de Jesús decía "al final de la vida el que se salva sabe y el que no se salva no sabe nada" y San Francisco Javier se convirtió tras oír aquel pasaje del Evangelio que dice ¿De que le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?. Todos los esfuerzos de esta vida son vanos si no los orientamos hacia la santidad. Alguna vez en este blog he recordado que Santo sólo es Dios, en el rezo del Gloria decimos "por que sólo tú eres santo, Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo", por lo tanto, alcanzar la santidad es participar de la vida divina, es ir configurando nuestra vida a la de Jesucristo, fuente de gracia y santidad, es ir dejándonos amar, guiar, modelar... por el Espíritu Santo. Pero una cosa sí hemos de tener clara y es que para ser santo debemos primero desear serlo. Si no predisponemos nuestra voluntad para lograr ese fin nada hay que hacer. Deseemos la santidad, que el Señor nos convierta y su gracia obre en nosotros maravillas.
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7 comentarios:
muy bueno el post, me parece muy bueno.
paso a saludar, que estes bien, y el señor te siga bendiciendo.
un saludo
"Sean santos... porque Yo, el Señor, soy santo" (Lev 19,2; Mt 5, 48). Cristo vino al mundo para hacer posible nuestra santidad.
Un abrazo
Muchas gracias por vuestros comentarios.
buen post
Saludos
ignacio, he dejado una reflexion muy linda en mi blog, si quieres pasa a leerla, un saludo enorme y que el señor te bendiga.
Espero que siga escribiendo, sus meditaciones son exquisitas.
Oremos ad invicem
Muy bueno amigo Ignacio, de verdad, pero que muy bueno este post. Ciertamente, para llegar a ser santo hay que desearlo, tu lo dices. Los sacerdotes hemos de serlo cada dia más. Y cuanto nos falta...Rezo por ello. Abrazos a todos.
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