Recientemente celebrábamos la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Sería bueno, a este respecto, que reflexionásemos haciéndonos la pregunta siguiente; ¿donde está nuestro corazón?. Para encontrar la respuesta tengamos presente este pasaje del Evangelio que nos dice "donde esté tu tesoro ahí está tu corazón" (Lc 12,34). Por lo tanto, para responder a la pregunta ¿ donde está nuestro corazón ? tendríamos que saber ¿dónde está nuestro tesoro? o ,mejor aún, ¿cuál es nuestro tesoro?. Por tesoro debemos entender aquello que valoramos y colocamos en nuestras vidas en primer lugar y que es parte fundamental de ella, es aquello sobre lo que gravita nuestra existencia y que ocupa nuestros pensamientos. Para muchos, incluso cristianos, su tesoro es el dinero, la ambición, el poder, el afecto a personas concretas, etc. Dedican su vida a los bienes de este mundo. Sin embargo, sabiendo que Cristo es Todo y todo fuera de Cristo es nada, debemos hacer que Él sea nuestro Tesoro y que en Él, por lo tanto, esté nuestro corazón. De hacerlo así comprobaremos que todo en la vida queda contextualizado y en su correcto lugar. Como escribiese San Juan de la Cruz "adrentrémonos en la espesura" en la espesura del Amor de Dios , verdadero tesoro, verdadera felicidad.
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