He leído recientemente unos textos de San Juan de Ávila que son asombrosamente actuales a pesar de haber sido escritos en el siglo XVI. En ellos este santo, patrón del clero secular, señala el daño gravísimo que se produce en la Iglesia cuando los pastores no pastorean como deben la porción del pueblo de Dios que se les encomienda.
''No nos maravillemos, pues, que tanta gente haya perdido la fe en nuestros tiempos, pues que, faltando diligentes pastores y legítimos ministros de Dios que apacentasen el pueblo con tal doctrina que fuese luz… y fuese mantenimiento de mucha substancia, y le fuese armas para pelear, y en fin, que lo fundase bien en la fe y encendiese con fuego de amor divinal, aun hasta poner la vida por la confesión de la fe y obediencia de la ley de Dios. ¿Cómo tantos errores y males pudieron entonces generalizarse entre los católicos sino a causa de falsos profetas, tolerados por pastores escasos de autoridad apostólica? ¿Cómo no se dio la alarma a su tiempo para prevenir tan grandes pérdidas?"
''No nos maravillemos, pues, que tanta gente haya perdido la fe en nuestros tiempos, pues que, faltando diligentes pastores y legítimos ministros de Dios que apacentasen el pueblo con tal doctrina que fuese luz… y fuese mantenimiento de mucha substancia, y le fuese armas para pelear, y en fin, que lo fundase bien en la fe y encendiese con fuego de amor divinal, aun hasta poner la vida por la confesión de la fe y obediencia de la ley de Dios. ¿Cómo tantos errores y males pudieron entonces generalizarse entre los católicos sino a causa de falsos profetas, tolerados por pastores escasos de autoridad apostólica? ¿Cómo no se dio la alarma a su tiempo para prevenir tan grandes pérdidas?"
1 comentarios:
Es verdad lo que dice, los malos pastores hacen muchos estragos en el pueblo de Dios. Que Dios nos bendiga. Y a usted Ignacio.
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