El Padre Abad de Silos

24/6/07


Semanas atrás emitieron en televisión una entrevista al Padre Abad de Sto. Domingo de Silos, D. Clemente Serna González. No tuvo desperdicio. De entre todo lo que habló, me gustó mucho algo muy concreto y en lo que yo no había caído. El Padre Abad dijo que él no juzgaba en absoluto a nadie porque no juzgar es una garantía para ir al Cielo, por aquello de “no juzguéis y no seréis juzgados”. Yo nunca había pensado en esa recomendación evangélica utilizando ese razonamiento. Desde entonces tengo mucho más presente no hacer juicios sobre nadie.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es verdad, que no se debe juzgar a nadie, aunque el juicio aflora al pensamiento casi instintivamente, a mí me pasa.
Intento apartar el juicio lo antes posible, a veces lo consigo, otras no.
Pero yo creo que el juicio no tiene nada que ver con decir la verdad.

Uno puede decir la verdad, sin enjuiciar a nadie ¿Es así?

Por que si nos callamos a todo, lo que estamos haciendo es perjudicar a la verdad, la verdad de Cristo.

Y El no se calló, El habló con la Verdad.

Anónimo dijo...

¿Has estado en Silos?
Es bonito, yo lo conozco.

¡Que sueñes con los angelitos!

Anónimo dijo...

Y me gustaría que ese blog fuera de M. de Nuestra Señora, sin menos preciar el tuyo, ya te dije que me sentía como en mi casa y es verdad, no he mentido.
Aquí me puedo quitar los zapatos y caminar descalza.
Y además me gusta mucho los post que escribes, el último no tanto, me gusta mas espiritual.
Espero que no te moleste por decir esto.

Anónimo dijo...

Tampoco me importaria que fuera de Bakhita.

Anónimo dijo...

Bakhiiitaaa ¿donde estáaas?

Anónimo dijo...

Bakhita, me gusta tu nombre.
Yo también me siento un poco Bakhita.
Las Bakhitas alimentan a sus hijos porque tienen mucha leche.

Anónimo dijo...

Bakhita, te contaría tantas cosas...

Anónimo dijo...

Lástima, que tú no me hayas contado nada.

Anónimo dijo...

Y me gustaría que ese blog fuera de M. de Nuestra Señora.

No es tuyo, ni tampoco mío, en realidad es de Nuestro Niño Jesús y de la comunidad que desee cuidarle a El y a los demás niños, ya sabes, los niños son de la comunidad, por eso la Santísima Virgen nos dejó el suyo propio, nos dejó a Dios-Niño.