Meditando sobre la vida de Cristo es fácil llegar a la conclusión de que nos falta mucho para llegar a ser lo que decimos ser: cristianos.
Somos, quizás por ignorancia, muy vanidosos. La vida se nos va en cosas intrascendentes. Desperdiciamos el tiempo; ese don valiosísimo que a todos se nos ha dado. Más que vivir la vida somos vividos por las circunstancias, las corrientes de pensamientos, las ocupaciones, las modas, etc.
Contemplando la humildad de Cristo, que siendo Dios ha pasado por uno de tantos, somos realmente unos soberbios. Contemplando la pobreza material y espiritual de Cristo, somos realmente unos ricos egoístas. Contemplando la Caridad de Cristo, sólo podemos reconocer nuestra mediocridad, nuestra pasividad, nuestra maldad, nuestra insensibilidad, nuestra hipocresía…
Si todos los que nos llamamos cristianos fuésemos lo que decimos ser ¡ qué maravilloso sería el mundo !
Pidamos al Padre que transforme nuestros corazones en el de su Hijo para que reproduzcamos sus sentimientos y seamos Amor en todo lugar, momento y circunstancia.
Somos, quizás por ignorancia, muy vanidosos. La vida se nos va en cosas intrascendentes. Desperdiciamos el tiempo; ese don valiosísimo que a todos se nos ha dado. Más que vivir la vida somos vividos por las circunstancias, las corrientes de pensamientos, las ocupaciones, las modas, etc.
Contemplando la humildad de Cristo, que siendo Dios ha pasado por uno de tantos, somos realmente unos soberbios. Contemplando la pobreza material y espiritual de Cristo, somos realmente unos ricos egoístas. Contemplando la Caridad de Cristo, sólo podemos reconocer nuestra mediocridad, nuestra pasividad, nuestra maldad, nuestra insensibilidad, nuestra hipocresía…
Si todos los que nos llamamos cristianos fuésemos lo que decimos ser ¡ qué maravilloso sería el mundo !
Pidamos al Padre que transforme nuestros corazones en el de su Hijo para que reproduzcamos sus sentimientos y seamos Amor en todo lugar, momento y circunstancia.
9 comentarios:
¡Que guay! Estás vivo.
Tines razón en lo que dices, somos: vanidosos, egoistas, soberbios, es cierto, pero cuando somos capaces de ver nuestro pecado y de reconocerlo, ya hemos dado un gran paso, aunque nos quede una vida entera que recorrer para conseguir con la gracia de Dios apartar esos pecados tan feos.
Lo peor es cuando uno no sabe ver su pecado, entonces no lo puede reconocer, pero con buena voluntad Dios va quitándo capas hasta llegar al núcleo y ver en realidad lo feos que somos todos por dentro.
Como Jesús nunca podremos ser, ya que El no tuvo nunca pecado, el es Dios.
Lo más que uno puede aspirar es a tener los sentimientos de Jesús, mirándole a El sin apartar la vista nunca de aprende mucho y entonces El va impregnando de sus sentimientos nuestro corazón.
Es a lo más que podemos aspirar, creo yo. Lo demás lo tiene que hacer El, nosotros por nuestras propias fuerzas nada somos y nada podemos.
Pero todo lo esperamos de El.
Yo por lo menos lo espero todo de El y siempre ha rebasado con creces lo que eran mis deseos.
Dios da el ciento por uno y es verdad.
Ahora, los que nada necesitan, nada recibirán.
“El mundo sería maravilloso” si todos amaramos a Nuestro Señor, pero cómo el mundo no Le ama porque sólo se ama a sí mismo y a lo material, el mundo no es maravilloso, sino, echa una ojeada a otras partes del mundo, sin ir mas lejos, a España, llena de pecado, Nuestro Corazón de Jesús, olvidado, cuando El ha reinado siempre en España, ahora lo hemos olvidado, pero El a nosotros no. El nunca olvida una promesa, nunca.
Por eso viene a decirnos “Venid a Mí”, yo diría “Volved a Mí”, porque España siempre ha sido de Maria y del Sagrado Corazón de Jesús que tanto nos aman.
Oye Ignacio, me gustaría que me preguntaras cosas, pero espirituales, en casi todos los blog, voy hablando sóla. También me canso de hablar sóla.
Gracias Ignacio por poner la Salve Regina, me gusta mucho.
¡Dios te bendiga y bendiga toda tu vida, y toda la Misión que Dios tiene preparada para tí!
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