(Este post es un post antiguo, de los primeros de este blog, pero me parece que transmite una enseñanza tan bella que cada cierto tiempo, como ahora, lo actualizo.)
Hace tiempo escuché una fábula que me pareció muy acertada. Se pueden sacar muchas enseñanzas de ella. La fábula dice así:
"Había una vez una mujer embarazada de gemelos. Los niños se iban desarrollando en el seno materno. Recibían de su madre el alimento, el oxígeno, el amor, la ternura, etc... Llegado a un punto de la gestación un bebé preguntó al otro ¿Tú crees que habrá otra vida después de esta vida? ¿Crees en la existencia de un ser superior que nos ame y desee nuestra felicidad?. Los niños no alcanzaban a comprender otra realidad fuera de la que vivían, no se daban cuenta que su vida no era esa etapa transitoria de la gestación, ni eran tampoco conscientes de ese ser que, no sólo existía, sino que les llevaba en las entrañas y les transmitía su propia vida."
Algo parecido a este cuento nos pasa a muchas personas; no somos conscientes del Amor de Dios, de su constante presencia, ni tampoco somos consciente de la temporalidad y caducidad de esta vida. La Vida verdadera comienza al término de la "gestación" de este mundo. Entonces, en esa Vida verdadera veremos a ese Ser que siempre nos ha amado, más que una madre, y, si nosotros queremos, nos fundiremos con Él en un abrazo eterno.
Hace tiempo escuché una fábula que me pareció muy acertada. Se pueden sacar muchas enseñanzas de ella. La fábula dice así:
"Había una vez una mujer embarazada de gemelos. Los niños se iban desarrollando en el seno materno. Recibían de su madre el alimento, el oxígeno, el amor, la ternura, etc... Llegado a un punto de la gestación un bebé preguntó al otro ¿Tú crees que habrá otra vida después de esta vida? ¿Crees en la existencia de un ser superior que nos ame y desee nuestra felicidad?. Los niños no alcanzaban a comprender otra realidad fuera de la que vivían, no se daban cuenta que su vida no era esa etapa transitoria de la gestación, ni eran tampoco conscientes de ese ser que, no sólo existía, sino que les llevaba en las entrañas y les transmitía su propia vida."
Algo parecido a este cuento nos pasa a muchas personas; no somos conscientes del Amor de Dios, de su constante presencia, ni tampoco somos consciente de la temporalidad y caducidad de esta vida. La Vida verdadera comienza al término de la "gestación" de este mundo. Entonces, en esa Vida verdadera veremos a ese Ser que siempre nos ha amado, más que una madre, y, si nosotros queremos, nos fundiremos con Él en un abrazo eterno.
35 comentarios:
Me ha gustado mucho la fábula!!!
Un saludo.
A mí también me ha gustado.
Gracias.
HOla Ignacio:
Gracias por tu comentario en mi blog.
Yo también pienso que desgraciadamente no somos conscientes de la eventualidad de esta vida, y que aquí no termina todo.
Dios nos tiene prometido pertenecer a su Reino, y ya aquí, nos puede hacer vislumbrar parte, si nos unimos a Él.
Felicidades.
En los Dos Corazones
Me gusto mucho tu blog, felicidades y ojala encontremos miles como el tuyo en la red. Visita el mio: http://victoruben.blogspot.com/
Ignacio, ¿cuando pondrás algo nuevo?
Me hiciste recordar las palabras de Nuestro Señor Jesucristo cuando nos dijo que disfrutamos de la vida eterna cuando terminamos nuestra misión en este mundo y pasemos a formar parte de la mesa del Señor. Tenemos que tener la confianza en que en el final de nuestros días, disfrutaremos de la presencia de Dios por siempre.
Cuanto te debe gustar esta fábula Ignacio, la has puesto 3 veces, está bien.
El amor de Dios es agua fresca que inunda el alma llenándola de toda clase de parabienes.
La frescura del amor de Dios corriendo como riachuelos atravesando las ciudades, los pueblos, todo lo inunda Dios.
El es como un Sol enorme que calienta a todos y a todos nos da Luz.
Dios es como un Gran Sol, al igual que el Sol se oculta para dar paso a la luna, también Dios se oculta en nuestra alma para dar paso a la noche y que nuestra fe sea fortalecida y avivada.
si nos unimos a Él.
disfrutaremos de la presencia de Dios por siempre.
¡Que Dios nos bendiga a todos!
Ella nos ama con locura, os lo aseguro, por eso nos enseña tantas cosas, todas son para nuestro bien.
San Juan de la Cruz nos recuerda que «al atardecer de la vida te examinarán del amor».
Cuanto mas Le ame, más cerca estará de mí y más confiaré yo en Él, ya que el AMOR todo lo regala, no quiere nada para Él, sólo complacer al amado. Si la gente supiera que todo se trata sólo de amor, la perfección consiste sólo en amarle a Él, y el nos llevará a amar a los demás con el amor más perfecto posible.
Es mi tema preferido, "EL AMOR".
Y el amor todo lo consigue: el amor sana enfermos, echa demonios, consigue conversiones, purifica.
El amor lo consigue todo.
¿Por qué los Santos alcanzaron la Santidad?
Porque amaron al Amado más que a ellos mismos y a través del Amado a los demás, sólo por eso, aunque algunos de ellos hicieran muchas cosas, otros tal vez murieron sólo amando al Amado en un convento en la sombra, pero igualmente alcanzaron la Santidad.
TODA LA CIENCIA TRATA DE AMAR AL AMADO, no hay más.
No penséis que me estoy inventando nada, es lo que me dijo Él, y con el tiempo todo lo que me dijo, pude comprobar, que todo es VERDAD.
EL AMOR SE HA HECHO HOMBRE, EL AMOR VINO AL MUNDO Y SE LLAMA JESÚS.
Rechazar las muestras de afecto, de Dios y de los demás, sería un grave error, de consecuencias nefastas para la santidad.
Si tiene usted toda mucha razón, pero hay personas que no quieren dar afecto porque hasta eso creen que les rebaja, nunca había vivido esa experiencia antes, hasta que conocí a una serie de personas, que no voy a nombrar.
De todo hay en la viña del Señor.
La persona que no sabe dar amor tampoco lo sabe recibir, por eso lo rechazan.
Ser como Marta o ser como María, es cuestión de lo que uno sienta que Dios le llama.
Unos están llamados a ser María en los conventos de clausura y otros a ser Marta en el Mundo.
Las dos cosas son necesarias, aunque sin duda la mejor es la de María, es como yo lo siento.
Tengo que decir que yo nunca he conocido a nadie que ame como ama Jesús, las muestras de amor de Jesús son distintas a las cualquier hombre, aunque sean sacerdotes, nadie, nadie se parece ni por soñación a El.
¿Por que? No lo sé. Es una pregunta que me he hecho toda mi vida y aún no he encontrado la respuesta.
Ya se que es Dios, pero por lo menos alguien se podía parecer a él, en su forma de hablar, o de mirar o en el trato, pero yo no la conozco, Jesús es muy sensible y la sensibilidad de Jesús, no la tienen los hombres, ninguno.
La sensibilidad, la mansedumbre, la bondad, el amor que contienen sus palabras, su voz, todo, en El no hay ni el más mínimo atisbo de machismo o de superioridad, y es Dios.
¿Por qué algunos hombres van con esa superioridad por el mundo?
Es algo que me choca muchísimo.
Porque nadie es como El.
El es Unico, y totalmente distinto a los demás.
Sin embargo los Papas, los dos que conozco son distintos, ellos si son muy humildes, son como padres, ellos si son padres de verdad y sin embargo están en el sillón de Pedro, por eso los elige el Espíritu Santo, por muchas cualidades, pero entre ellas la humildad.
pero entre ellas la humildad.
Corrección del Angel:
Pero la principal, la humildad.
Cuando esta tarde rezaba el Rosario, me ha venido una inspiración para las mamás lactantes, es algo que creo que a la Santísima Virgen le gustaría mucho, en alguna toma de vuestro hijo, cuando le estéis dando de mamar, rezad el Rosario mientras dais el alimento a vuestro hijo, una toma dura más o menos un rosario, unos 20 minutos y así además de alimentar a vuestro hijo con vuestra leche, le estaréis también alimentando con vuestra oración, este acto de oración y alimento os llevará a estar en presencia de la Santísima Virgen alimentando a su hijo, sobre todo si toca los misterios gozosos, se produce una conexión maravillosa entre vuestro hijo y vosotras y la Santísima Virgen y nuestro Niño Jesús.
Probadlo y veréis.
“A UNA MADRE”
El Señor me dio una madre,
todo bondad, (Santo orgullo)
Maternidad con capullos,
que hacia el Cielo se entreabren
¡El santo nombre de Madre,
es cual miel paladeada,
ternura que llega al alma,
lenitivo en los pesares!
¡Dulce despertar mío!
en tus brazos maternales,
con tus besos me acunaste
con un amor de deliquio!
¡Junto a tu pecho de Madre,
me sentía feliz…
Con tu amor de serafín,
y escuchando tus cantares!
¡Oh madre, madre querida,
olvidarte yo no puedo,
pues que la vida de debo
después de Dios, por mi dicha!
¡Tu entrega incondicional,
me donaste generosa,
solícita y amorosa,
nunca cesaste de amar!
¡Un rosario hecho de besos
recibe madre querida,
te llenarás de alegría
que llegará hasta los Cielos!
¡Después de Dios y su Madre!
mi corazón para ti,
la rosa de mi jardín,
de fragancia perdurable!
¡Y un abrazo inacabable
de un cariño filial
de ternura emocional!
te envío y repito Madre…!
Para todas las madres del mundo.
Teresita Vázquez
Teresa del Niño Jesús, Santa
Sencillez y perfección en las cosas pequeñas, 1 de octubre
“Sencillez y perfección en las cosas pequeñas”
1 de octubre
http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=396
¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!
Predestinación:
Cuando nacemos, Dios a cada uno de nosotros nos envía un ángel para que nos guarde, proteja, para que hablemos con él y le pidamos ayuda.
PARA LOS QUE TENEIS BEBES o niños, pedidle al ángel de la guarda de vuestro hijo, que os ayude a cuidarlo y que os avise cuando al niño le ocurra algo, el ángel lo hará, probadlo y veréis.
Conviene desde pequeño que le habléis a vuestro hijo del ángel de la guarda, y él también se hará amigo inseparable del ángel. Podéis ponerle en su dormitorio, por ejemplo una imagen bonita de un ángel con algún niño y él se acostumbrará a verlo y a recurrir a él. Los ángeles son maravillosos, están para ayudarnos. ¡Ah! Muy importante sed agradecidos también con él, mediante alguna oración o algún signo de gratitud. Prestan mucha ayuda y piden poco, sólo que seamos conscientes de que están.
Os voy a contar un secreto que tal vez alguno de vosotros ya sabéis, los bebés y niños pequeñitos, muchos de ellos ven a su ángel, porque ellos son cómo ángeles, por eso los pueden ver, a veces juegan con ellos, se ríen o balbucean, así que no os asustéis porque es la cosa mas normal del mundo. Luego cuando crecen la mayoría lo olvidan, pero la experiencia ya la han vivido.
Gracias por hacernos recordar esta fábula tan linda.
Dios te cuide.
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