Conocer el origen etimológico de las palabras nos permite entender su significado real y original, nos permite redescubrir la riqueza que las mismas encierran y, a su vez, nos permite "desnudarlas" de significados desvirtuados.
A este respecto me gustaría desmenuzar la palabra religión. Esta palabra tienen un origen latino, está compuesta por el prefijo "re" que indica volver a hacer algo (de ahí vienen palabras como rehacer, revolver, repetir, etc.) y por el verbo latino "ligare", ligar en castellano, que significa unir. Por lo tanto, la palabra religare, religión, significa literalmente volver a unir. Volver a unir ¿qué? o a ¿quién?, pues bien, significa volver a unir al Ser Humano con Dios. Toda religión te debe llevar a desarrollar íntegramente todas tus capacidades, te debe mover mediante su práctica a la trascendencia, a la virtud, es decir, a la perfección, a la experiencia mística. Cuando una religión te impide promocionarte como persona o te impide ser libre, pueden estar ocurriendo dos cosas, o que la vivas de una forma equivocada o que estés en una secta.
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