La belleza tiene un importante sentido teológico por lo que no se puede obviar en la liturgia.
La fotografía que ilustra este post es de una Misa oficiada en Italia el lunes de Pascua pasado. Se puede comprobar la belleza de los ornamentos y la correcta actitud reverencial del sacerdote celebrante. Por desgracia, esta imagen es una excepción respecto a lo que se hace generalmente. Alguno pensará que un sacerdote sólo se revestirá así para celebrar la Misa según el Rito Romano en su forma extraordinaria, la llamada Misa antigua, pues está muy equivocado. El último concilio de la Iglesia no suprimió en absoluto la utilización de estos ornamentos. Mientras sacerdotes y obispos celebran con casullas que parecen sábanas o, erróneamente, sólo con estola, desaliñados, y con una más que cuestionable actitud, en las sacristías duermen el sueño de los justos ornamentos que son verdaderas obras de arte. Arte puesto al servicio de la liturgia, que hoy se tira por la borda. Recuperar el correcto arte de celebrar debe ser una prioridad en la vida de todo ministro de la Iglesia, un derecho de todo fiel católico y un acto de justicia para dar a Dios el culto debido.
La fotografía que ilustra este post es de una Misa oficiada en Italia el lunes de Pascua pasado. Se puede comprobar la belleza de los ornamentos y la correcta actitud reverencial del sacerdote celebrante. Por desgracia, esta imagen es una excepción respecto a lo que se hace generalmente. Alguno pensará que un sacerdote sólo se revestirá así para celebrar la Misa según el Rito Romano en su forma extraordinaria, la llamada Misa antigua, pues está muy equivocado. El último concilio de la Iglesia no suprimió en absoluto la utilización de estos ornamentos. Mientras sacerdotes y obispos celebran con casullas que parecen sábanas o, erróneamente, sólo con estola, desaliñados, y con una más que cuestionable actitud, en las sacristías duermen el sueño de los justos ornamentos que son verdaderas obras de arte. Arte puesto al servicio de la liturgia, que hoy se tira por la borda. Recuperar el correcto arte de celebrar debe ser una prioridad en la vida de todo ministro de la Iglesia, un derecho de todo fiel católico y un acto de justicia para dar a Dios el culto debido.
1 comentarios:
hola ignacio. gracias por tu comentario en las confesiones.
un abrazo,
h.
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