Para contemplar y meditar
Miércoles de Ceniza
24/2/09

Sobre el sufrimiento
3/2/09
"(..)Hay un alejamiento de Dios que se da lo mismo en los hombres piadosos que en los impíos, que desconcierta al espíritu y hace al corazón indeciblemente medroso. Los hombres piadosos no lo reconocen fácilmente porque piensan que algo así no puede sucederles (aunque el mismo Señor ha invocado: "Dios mío, ¿por qué me has abandonado?") y los otros, los no piadosos, sacan falsas consecuencias de los hechos reconocidos.
Si este alejamiento de Dios de un corazón atribulado, sufriente, es la mayor amargura de la cuaresma de nuestra vida, es lógico que nos preguntemos cómo nos desenvolveremos y —lo que es lo mismo— cómo podemos celebrar hoy la cuaresma de la Iglesia. Pues cuando el amargo alejamiento de Dios se convierte en un culto a Dios, la cuaresma del mundo se transforma en la cuaresma de la Iglesia.
Lo primero que tenemos que hacer es esto: aceptar este alejamiento de Dios del corazón atribulado, sufriente, y no huir de él con ocupaciones piadosas o mundanas, aceptarlo sin los narcóticos del mundo, del pecado y de la desesperación. ¿Cuál es el Dios que está alejado de ti en ese vacío del corazón? No el verdadero, no el Dios viviente; pues éste es el incomprensible, el innominado, para que pueda ser el Dios de tu corazón sin medida. Se ha alejado de ti un Dios que no existe; un Dios comprensible, un Dios de los pensamientos pequeños y de los sentimientos baratos y modestos del hombre, un Dios de la seguridad terrena, un Dios que cuida de que los niños no lloren y el amor de los hombres no desemboque en desengaño, un venerabilísimo... ÍDOLO. Éste es el que se ha alejado. Este alejamiento de Dios debe aceptarse. Desde luego, podemos afirmar lo que sigue: deja que la desesperación te quite aparentemente todas las cosas, deja que invada tu corazón de forma que, en apariencia, no quede ninguna salida más a la vida, a la plenitud, a la amplitud y a Dios. No desesperes en la desesperación: deja que te quite todo; en realidad, te será arrebatado sólo lo finito y lo vano, por muy fantástico y grandioso que haya sido y aunque seas tú mismo, tú mismo con tus ideales, tú mismo con los proyectos de tu vida, que estaban planeados tan sabia y exactamente, tú con tu imagen de Dios, por la que se asemeja a ti, en vez de parecerse al incomprensible. Déjate cerrar todas las salidas, serán cegadas sólo las salidas a la finitud y a los caminos verdaderamente sin salida. No te atemorices de la soledad y abandono de tu mazmorra interior, que da la impresión de estar tan muerta como una tumba. Si resistes, si no huyes ante la desesperación, y en la desesperación dudas de esos ídolos tuyos a los que llamabas Dios, y no dudas a la vez del Dios verdadero; si resistes —y esto es ya un milagro de la gracia—, entonces descubrirás de repente que tu celda o tumba se cierra sólo a la vana finitud, que su vacío mortal es sólo la amplitud de una efusión de Dios, que el silencio está lleno con una palabra sin palabras, con aquel que está sobre todos los hombres, y es todo en todos. El silencio es su silencio. Te dice que está presente.
La segunda cosa que debes hacer en tu desesperación es la siguiente: caer en la cuenta de que Él está presente, saber por la fe que Él está junto a ti ; descubrir que Él te espera ya desde hace tiempo en el más profundo recinto de tu corazón atribulado, que ya desde hace tiempo Él aguarda calladamente a la escucha de si tú, en medio del atareado estrépito al que llamamos nuestra vida, le dejas tomar la palabra, una palabra que a los hombres que son como tú hasta ahora eras, les parece un silencio mortal. Tienes que sentir que no caes cuando cedes a la angustia que sientes por ti mismo y por tu vida; no caes cuando abandonas, no estás desesperado cuando desesperas de ti, de tu sabiduría y de tu fuerza, y de la falsa imagen de Dios que te será arrebatada. Como por un milagro, que cada día tiene que acontecer de nuevo, descubrirás que estás junto a Él. Vas a sentir de repente que tu alejamiento de Dios, en verdad, es sólo el desaparecer del mundo ante el amanecer de Dios en tu alma, que las tinieblas no son sino luminosidad sin sombra alguna, que tu impresión de carecer de salida es sólo la inconmensurabilidad de Dios y para llegar a Él no se necesita camino alguno, porque Él está presente. Caerás en la cuenta de que no debes procurar, por tus propias fuerzas, huir de tu corazón vacío, porque Él está presente y no hay ninguna razón para huir de esa bendita desesperación y llegar a un consuelo que no sería consuelo alguno, ni existiría de verdad. Él está presente. No pretendas retenerle. No huye. No pretendas cerciorarte y tocarle con las manos de tu corazón ansioso. Abrazarías el vacío, no porque Él sea lejano e irreal, sino porque es la infinitud misma, que no puede ser aprehendida. Él está presente en medio de tu corazón atribulado. Él solo. Él, que es todo y por eso aparece así, como si fuera nada. Entonces llega por sí misma la calma que es la más intensa actividad, el silencio que está lleno con la palabra de Dios, la confianza, que ya no teme, la seguridad que ya no necesita garantía alguna y la fuerza que es poderosa en la impotencia: la vida, en conclusión, que nace con la muerte. Entonces nada hay en nosotros sino Él, y la fe, casi imperceptible y que, sin embargo, todo lo llena, de que Él existe y está presente, y de que nosotros existimos. (...)"
Si este alejamiento de Dios de un corazón atribulado, sufriente, es la mayor amargura de la cuaresma de nuestra vida, es lógico que nos preguntemos cómo nos desenvolveremos y —lo que es lo mismo— cómo podemos celebrar hoy la cuaresma de la Iglesia. Pues cuando el amargo alejamiento de Dios se convierte en un culto a Dios, la cuaresma del mundo se transforma en la cuaresma de la Iglesia.
Lo primero que tenemos que hacer es esto: aceptar este alejamiento de Dios del corazón atribulado, sufriente, y no huir de él con ocupaciones piadosas o mundanas, aceptarlo sin los narcóticos del mundo, del pecado y de la desesperación. ¿Cuál es el Dios que está alejado de ti en ese vacío del corazón? No el verdadero, no el Dios viviente; pues éste es el incomprensible, el innominado, para que pueda ser el Dios de tu corazón sin medida. Se ha alejado de ti un Dios que no existe; un Dios comprensible, un Dios de los pensamientos pequeños y de los sentimientos baratos y modestos del hombre, un Dios de la seguridad terrena, un Dios que cuida de que los niños no lloren y el amor de los hombres no desemboque en desengaño, un venerabilísimo... ÍDOLO. Éste es el que se ha alejado. Este alejamiento de Dios debe aceptarse. Desde luego, podemos afirmar lo que sigue: deja que la desesperación te quite aparentemente todas las cosas, deja que invada tu corazón de forma que, en apariencia, no quede ninguna salida más a la vida, a la plenitud, a la amplitud y a Dios. No desesperes en la desesperación: deja que te quite todo; en realidad, te será arrebatado sólo lo finito y lo vano, por muy fantástico y grandioso que haya sido y aunque seas tú mismo, tú mismo con tus ideales, tú mismo con los proyectos de tu vida, que estaban planeados tan sabia y exactamente, tú con tu imagen de Dios, por la que se asemeja a ti, en vez de parecerse al incomprensible. Déjate cerrar todas las salidas, serán cegadas sólo las salidas a la finitud y a los caminos verdaderamente sin salida. No te atemorices de la soledad y abandono de tu mazmorra interior, que da la impresión de estar tan muerta como una tumba. Si resistes, si no huyes ante la desesperación, y en la desesperación dudas de esos ídolos tuyos a los que llamabas Dios, y no dudas a la vez del Dios verdadero; si resistes —y esto es ya un milagro de la gracia—, entonces descubrirás de repente que tu celda o tumba se cierra sólo a la vana finitud, que su vacío mortal es sólo la amplitud de una efusión de Dios, que el silencio está lleno con una palabra sin palabras, con aquel que está sobre todos los hombres, y es todo en todos. El silencio es su silencio. Te dice que está presente.
La segunda cosa que debes hacer en tu desesperación es la siguiente: caer en la cuenta de que Él está presente, saber por la fe que Él está junto a ti ; descubrir que Él te espera ya desde hace tiempo en el más profundo recinto de tu corazón atribulado, que ya desde hace tiempo Él aguarda calladamente a la escucha de si tú, en medio del atareado estrépito al que llamamos nuestra vida, le dejas tomar la palabra, una palabra que a los hombres que son como tú hasta ahora eras, les parece un silencio mortal. Tienes que sentir que no caes cuando cedes a la angustia que sientes por ti mismo y por tu vida; no caes cuando abandonas, no estás desesperado cuando desesperas de ti, de tu sabiduría y de tu fuerza, y de la falsa imagen de Dios que te será arrebatada. Como por un milagro, que cada día tiene que acontecer de nuevo, descubrirás que estás junto a Él. Vas a sentir de repente que tu alejamiento de Dios, en verdad, es sólo el desaparecer del mundo ante el amanecer de Dios en tu alma, que las tinieblas no son sino luminosidad sin sombra alguna, que tu impresión de carecer de salida es sólo la inconmensurabilidad de Dios y para llegar a Él no se necesita camino alguno, porque Él está presente. Caerás en la cuenta de que no debes procurar, por tus propias fuerzas, huir de tu corazón vacío, porque Él está presente y no hay ninguna razón para huir de esa bendita desesperación y llegar a un consuelo que no sería consuelo alguno, ni existiría de verdad. Él está presente. No pretendas retenerle. No huye. No pretendas cerciorarte y tocarle con las manos de tu corazón ansioso. Abrazarías el vacío, no porque Él sea lejano e irreal, sino porque es la infinitud misma, que no puede ser aprehendida. Él está presente en medio de tu corazón atribulado. Él solo. Él, que es todo y por eso aparece así, como si fuera nada. Entonces llega por sí misma la calma que es la más intensa actividad, el silencio que está lleno con la palabra de Dios, la confianza, que ya no teme, la seguridad que ya no necesita garantía alguna y la fuerza que es poderosa en la impotencia: la vida, en conclusión, que nace con la muerte. Entonces nada hay en nosotros sino Él, y la fe, casi imperceptible y que, sin embargo, todo lo llena, de que Él existe y está presente, y de que nosotros existimos. (...)"
Karl Rhaner S.J.
Síntesis de la Fe
27/1/09
«Es necesario tener presente que, desde los primeros tiempos del cristianismo, aparece un «núcleo» permanente e irrenunciable de la catequesis, es decir, de la formación en la fe. Es el núcleo que utiliza tanto el catecismo de Lutero como el catecismo romano de Trento. En una palabra: toda la exposición sobre la fe se halla organizada en torno a cuatro elementos fundamentales: el Credo, el Padrenuestro, los Diez Mandamientos, los Sacramentos. Esta es la base de la vida del cristiano, la síntesis del Magisterio de la Iglesia, fundado en la Escritura y en la Tradición. El cristiano encuentra aquí lo que debe creer (el Símbolo o Credo), esperar (el Padrenuestro), hacer (el Decálogo) y el espacio vital en que todo esto debe cumplirse (los Sacramentos). Esta estructura fundamental ha sido abandonada en demasiadas catequesis actuales, con el resultado que comprobamos: la disgregación del sensus fidei en las nuevas generaciones, a menudo incapaces de una visión de conjunto de su religión».
Del libro "Informe de la Fe" del entonces cardenal Ratzinger
El Desprendimiento
26/1/09

Confiemos en Dios y pidamos la gracia de ser desprendidos.
Tropiezo espiritual
13/1/09

Nunca nos consideremos superior a nadie por muy miserable que aparentemente sea el otro, seamos humildes, como decía San Francisco de Asís, humildes como la hermana agua que siempre va por los lugares más bajos y allá por donde pasa engendra vida.
Dios manifestado
6/1/09

El don del tiempo
1/1/09

Que el Señor nos permita descubrir este don, nos de la gracia de vivir en Gracia y cada nuevo amanecer sea para todos ocasión de conversión.
Velad
25/12/08

"El Hijo de Dios se hizo precisamente Hijo del hombre, para que nosotros pudiésemos llegar a ser hijos de Dios" (San León Magno)
Meditemos en este tiempo de Navidad sobre el misterio de Dios encarnado. Su encarnación y nacimiento fueron la primera etapa de nuestra redención. Contemplemos la humildad de Dios que se inclina hacia el hombre, que se abaja hasta nuestra frágil condición humana. Junto a esta idea para meditar tengamos presente la actitud vigilante que nos recordaba el Papa en este fragmento de la homilía de la Misa de Nochebuena,:
"El relato de la Natividad según San Lucas, que acabamos de escuchar en el pasaje evangélico, nos dice que Dios, en primer lugar, ha levantado un poco el velo que lo ocultaba ante personas de muy baja condición, ante personas que en la gran sociedad eran más bien despreciadas: ante los pastores que velaban sus rebaños en los campos de las cercanías de Belén.
Lucas nos dice que estas personas «velaban». Podemos sentirnos así atraídos de nuevo por un motivo central del mensaje de Jesús, en el que, repetidamente y con urgencia creciente hasta el Huerto de los Olivos, aparece la invitación a la vigilancia, a permanecer despiertos para percibir llegada de Dios y estar preparados para ella. Por tanto, también aquí la palabra significa quizás algo más que el simple estar materialmente despiertos durante la noche. Fueron realmente personas en alerta, en las que estaba vivo el sentido de Dios y de su cercanía. Personas que estaban a la espera de Dios y que no se resignaban a su aparente lejanía de su vida cotidiana. A un corazón vigilante se le puede dirigir el mensaje de la gran alegría: en esta noche os ha nacido el Salvador. Sólo el corazón vigilante es capaz de creer en el mensaje. Sólo el corazón vigilante puede infundir el ánimo de encaminarse para encontrar a Dios en las condiciones de un niño en el establo. Roguemos al Señor que nos ayude también a nosotros a convertirnos en personas" vigilantes."
Sin Mancha
7/12/08
María, plena de gracia, ruega por nosotros
Como decíamos en el post anterior, la Virgen tiene un protagonismo singular en este periodo de Adviento, pues es a través de Ella de quien nos ha venido Nuestro Señor. Mañana celebraremos a María bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Inmaculada significa sin mácula, sin mancha. A las puertas del tiempo de Navidad consideramos y veneramos la santidad de María que fue preservada para traernos a Dios mismo hecho carne. Todos tenemos que tener en María el referente a seguir y procurar llevar una vida sin tacha, en definitiva, una vida Inmaculada. Ya que Jesús nos ha dado la gracia de tenerla a Ella también como madre nuestra, no nos cansemos de implorar su mediación y protección. No nos cansemos de rogar la gracia de la santidad.
Adviento
24/11/08

María, plena de gracia, ruega por nosotros.
Consideremos la Misa
20/11/08

Buena Noticia
19/11/08

Estos son algunos fragmentos del texto de veto.
Hay consenso en que el aborto es un mal social que hay que evitar. Sin embargo, en los países en que se ha liberalizado el aborto, éstos han aumentado. En los Estados Unidos, en los primeros diez años, se triplicó, y la cifra se mantiene: la costumbre se instaló. Lo mismo sucedió en España.
La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia. La biología ha evolucionado mucho. Descubrimientos revolucionarios, como la fecundación in vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano, dejan en evidencia que desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser. Tanto es así que en los modernos sistemas jurídicos -incluido el nuestro- el ADN se ha transformado en la "prueba reina" para determinar la identidad de las personas, independientemente de su edad, incluso en hipótesis de devastación, o sea cuando prácticamente ya no queda nada del ser humano, aun luego de mucho tiempo.
El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia."
"Bella"
16/11/08
A los lectores españoles de este blog les recomiendo que vayan a ver la película "Bella". Ha sido premiada como la merjor película del año por el festival de Toronto. Es una película que al igual que su nombre transmite un bello mensaje.
Esta es la sinopsis:
Bella es una tierna historia sobre la vida, las relaciones interpersonales, la amistad y la capacidad humana para amar en las circunstancias más inesperadas. Bella narra la relación que se establece entre una joven embarazada que pierde el trabajo y un hombre que no logra recuperarse de un trágico accidente pasado. Una apasionante historia en la que dos personas descubren que, a veces, es necesario perderlo todo para darse cuenta de lo que realmente importa en la vida.
"La Coordinadora General de la Película "BELLA" para España ha informado que en esta primera semana (7 al 14 de Noviembre) de proyección la película está teniendo mucho éxito en toda España y en concreto ha dado estos dos datos:
A) Es la 2ª película más vista de España en el pasado fin de semana y (¡ATENCIÖN!)
B) La película generalista más vista de España en estos días pasados de la presente semana.
Esto significa que está funcionando muy bien el "boca a boca" pues esta teniendo éxito a pesar de las críticas destructivas que esta teniendo en la prensa ("bazofia solidaria" la llama "EL PAÍS" y la crítica de "EL CORREO").
Intentemos conseguir que en este fin de semana vaya también mucha gente a ver la película pues si se consigue un nivel análogo al descrito, eso será la garantia de éxito y se mantendría en las pantallas por mucho tiempo, así que vamos a animar a todos los que podamos a que vayan a verla durante este fin de semana. ¡Vale la pena!
P.D.: Se sabe a ciencia cierta que ha habido muchas confesiones a cuenta del testimonio que Eduardo Verástegu ha dado en Bilbao el pasado día 6 "
Extraido del blog "la Cigüeña de la Torre"
Formación sacerdotal
15/11/08
Un seminarista es un hombre que se prepara para recibir el sacramento del Orden. Teniendo esto presente en la formación de los seminaristas no debiera faltar la formación musical que ayudará al futuro sacerdote a dignificar la liturgia y le hará más sensible espiritualmente. Igualmente no debiera obviarse el conocimiento del latín por ser esta la lengua universal de la Iglesia. Ojalá los seminarios preparen a los futuros sacerdotes para eso; para ser sacerdotes de la Iglesia de Cristo y dispensadores de sus misterios. Ojalá que los sacerdotes redescubran la belleza del canto, de la tradición de la Iglesia y se esmeren en el cuidado de la celebración litúrgica. Ojalá.
Formas de comulgar
12/11/08



"Al final del período patrístico, la costumbre de recibir la Santa Comunión directamente en la boca se había convertido en una práctica establecida y casi universal. Este desarrollo estructural puede comprenderse como un fruto de la espiritualidad y de la devoción eucarística de los Padres de la Iglesia. La actitud de adoración hacia Aquel que está realmente presente en el humilde trozo de pan consagrado, no solamente con Su Cuerpo y Su Sangre, sino también por la majestad de Su divinidad, se expresa de la forma más natural y evidente a través del gesto bíblico de la adoración, de rodillas o en postración". Obispo Atanasius Schneider, del libro Dominus est.
Corregir los abusos que se producen y recuperar la sana tradición de la Iglesia es deber de todos, sacerdotes y laicos.
San Martín de Tours
11/11/08
El 11 de noviembre- fecha que desde hace unos años no me pasa inadvertida- celebra la Iglesia la memoria de San Martín de Tours, un santo muy querido para los franceses, y muy popular en todo el mundo. Nació en Hungría, pero sus padres se fueron a vivir a Italia. Era hijo de un veterano del ejército y a los 15 años ya vestía el uniforme militar. Una noche vio en sueños que Jesucristo se le presentaba vestido con el medio manto que él había regalado a un pobre y oyó que le decía: "Martín, hoy me cubriste con tu manto". Luego de esta visión renunció a las armas y decidió seguir a Cristo en una milicia más noble. En seguida se fue a Poitiers donde era Obispo el gran sabio San Hilario, el cual lo recibió como discípulo y se encargó de instruirlo. Como Martín sentía un gran deseo de dedicarse a la oración y a la meditación, San Hilario le cedió unas tierras en un sitio muy solitario y allá fue con varios amigos, fundando el primer convento o monasterio que hubo en Francia. En esa soledad estuvo diez años dedicado a orar, a hacer sacrificios y a estudiar las Sagradas Escrituras. En Tours fundó otro convento y pronto tenía ya 80 monjes. Y gracias a los milagros, la redicación, y la piedad del nuevo Obispo, pronto desapareció el paganismo en esa región.
Imitemos a San Martín ejercitando con nuestro prójimo la caridad y estrechando nuestra relación con el Señor en la oración.
Datos de la Hagiografía extraídos de Aci Prensa
Sufragios
9/11/08

El antes y el después
2/11/08


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